El silencio de las abejas es un libro de climas. Pero la fuerza de los climas no viene aquí de movimientos expansivos, de efusiones de intimidad o licencias emotivas, los climas de El silencio de las abejas se alcanzan en una persistencia reservada de lenguaje, en la invención minuciosa de una lengua que por su parte inventa la forma y los tonos precisos a los cuales ceñirse. Este arte de composición resulta de un complejo ofrecimiento de la prosa, una difícil libertad narrativa. El impacto, la eficacia o astucia imaginativa de la ficción, que universalmente son la materia estridente del cuento, se reducen aquí a moderados testimonios de coherencia dramática, una avioneta que cae, el curso de una enfermedad, un viaje, la expectativa de un reencuentro. El método narrativo de Bellomo tiende al silencio; lo que sucede, sucede según las reglas y ritmos sutiles del clima, y nunca para convocar del lector la seducción efectista del golpe de asombro o disonancia. El relieve conflictivo, la pregunta por el destino y dilema de los personajes, asombra en todo caso por un paciente y secreto despliegue, por la inquietante medida que dispone sus actos. La prueba entre otras de esta difícil libertad se lee en “Máscaras” y en “El silencio de la abejas”, los cuentos que abren y cierran respectivamente el libro, y que refieren, de un modo excepcionalmente particular, oscuros momentos argentinos. En un contexto que empuja en el sentido de la uniformidad general, El silencio de las abejas, de Gabriel Bellomo, es la evidencia de que aún la lengua literaria se debe más a la generosa producción de un estilo que a las certezas normativas de la moda y los géneros.
Gabriel Bellomo
nació en Buenos Aires en 1956.
Es autor de los siguientes libros de relatos: Historias con nombre propio (1994), Olvidar a Marina (1995), Marea negra (2001), Formas
transitorias (2005, Premio Fondo Nacional de las Artes), y de las novelas El ilusionista (2006), El informe de Egan (2007, Premio Fondo Nacional de las Artes), El médano (Paradiso, 2010), Mapas (Paradiso, 2012). Ficciones breves de su serie inédita Seres de Entreguerras integran la antología En frasco chico, mientras Cita en Rabat, otra novela de su autoría, permanece inédita. En 2008 el Fondo Nacional de las Artes le otorgó la Beca Nacional de Creación Literaria.