Oír, escuchar-ver, escribir; y luego leer, volver a escuchar y recomponer experiencias que vienen de otro lado son las líneas que dirigen el verso proyectivo moderno, como un rayo ciego que se dispara hacia el futuro. Fuerzas y planos flotantes-proyectivos distinguen la composición y lectura del poema, su mapa rítmico, que es plataforma de despegue para el traductor, siguiendo las huellas del contacto con aquella plataforma flotante desde la que el poema ha sido escrito.
Si para Jankélévitch la música es “abstracción cualitativa”, nuestra plataforma flotante es netamente musical ofrecida al poeta-escucha como potencia de fluido rítmico, repetición y abstracción del color-sonido en el dictado de la partitura, más veloz que el pensamiento racional, de cara al misterio, que se escribe.
Percia descubre que Mallarmé llama a la poesía una “arquitectura espontánea y mágica”, de “poderosos cálculos y sutiles, pero los ignoramos, ellos mismos se hacen misteriosos expresamente”. * Margarit lee en Beckett que la realidad es “una cosa mentale”, hecha pensamiento en el lenguaje pero tras él puede haber “nada”: un contra-sentido que nos devuelve al unknown de Cage. * Caresani escribe las fórmulas simbolistas y modernistas –ut musica poiesis, ut pictura poiesis–, y muestra la obra de Darío como lo contrario a la écfrasis: antes que evocar “pretende ‘ser’ el cuadro, singular, autónomo, ajeno a toda lógica de re-duplicación”. * Experimenta Cabré: “Cantar el poema puede ser una práctica de conocimiento: una forma de la intuición bergsoniana en la que el pensamiento es arrastrado por la duración y se vuelve creación”. * Romero propone: “Mientras traduce, el traductor deviene hipnotizado”, por ese juego rítmico que encanta y hechiza; así “debe hacerse cargo de aliteraciones misteriosas”. * Desde Agamben, Vignolo reelabora: “El ritmo introduce una detención o suspensión en el transcurrir incesante, razón por la cual, el hombre encuentra en él la medida de su libertad y acción”.
Aun contra su canon, Borges pensó la traducción de poesía como respeto a un quantum formal y sonoro: partitura flotante o jeroglífico enigmático para los patrones del sentido común-caos, que cada traductor debe abandonar en escucha flotante, librado a las fuerzas de la creación poética para captar ese misterio que aúna música, color y silencio.
Directora: Delfina Muschietti
Compiladores: D. Muschietti - R. Caresani - V. Percia - A. Vignolo
Delfina Muschietti
es poeta, crítica, traductora y profesora en la Universidad de Buenos Aires. Publicó en poesía Los pasos de Zoe, 1993; El Rojo Uccello, 1996; Enero, 1999; Olivos, 2000; Amnesia, 2010 (Mención especial del Premio Nacional de Poesía 2007-2010). Ha sido
curadora de las Obras Completas de Alfonsina Storni, tomos I y II, 2000-2002. Escribió numerosos artículos sobre poesía contemporánea en revistas internacionales y preparó antologías de Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Rubén Darío y Sylvia Plath. Tradujo la antología La mejor juventud de Pier Paolo Pasolini, 1999; Impromptu de Amelia Rosselli, 2003; de Alda Merini Después de todo también tú, 2007 y Clínica del abandono,
2008; y poemas de Giuseppe Ungaretti, Sylvia Plath y Emily Dickinson para revistas especializadas. Recibió la Beca Antorchas de Buenos Aires (2000), la Simon Guggenheim Fellowship of New York (Poetry), 2002; la Beca Alban de la Unión Europea (2004). Dirige el Proyecto “Poesía y Traducción” desde el 2001 y publicó con su equipo Traducir Poesía. La tarea de repetir en otra lengua, 2013.
María Celeste Cabré
es licenciada en Letras por la UBA, investiga sobre el contacto entre las lenguas, traduce, narra, compone y canta.
Rodrigo Caresani
es profesor de la Cátedra de Literatura latinoamericana I (A) en la UBA y becario doctoral de CONICET. Ha publicado el tomo Rubén Darío. Crónicas viajeras. Derroteros de una poética, 2013 y está a cargo de la edición anotada de las Páginas de arte del poeta nicaragüense (vol. IX de su Obra completa). Sus investigaciones sobre traducción en la literatura latinoamericana se han difundido en revistas académicas argentinas e internacionales.
Lucas Margarit
es poeta, traductor, docente e investigador. Dr. en Letras y Profesor de Literatura inglesa en la UBA. Ha colaborado con numerosas publicaciones tanto en Argentina como en el exterior. Publicó los libros de poesía, Círculos y piedras, Lazlo y Alvis y El libro de los elementos; de ensayo, Samuel Beckett. Las huellas en el vacío, Leer a Shakespeare: notas sobre la ambigüedad. Tradujo Enrique VIII de William Shakespeare, Poemas atómicos de Margaret Cavendih y La isla de los Pines de Henry Neville, La defensa de la poesía de Sir Philip Sidney, entre otros autores ingleses. Ha compilado junto a Elina Montes los libros Utopías Inglesas del siglo XVII (2 vols.) y Shakespeare lector; lectores de Shakespeare.
Violeta Percia
es poeta, traductora, ensayista e investigadora. Licenciada y profesora en Letras por la UBA, ha sido becaria doctoral de CONICET. Ha publicado su trabajo de investigación sobre traducción y sobre poesía en revistas académicas nacionales e internacionales. Publicó, en poesía, Clínica enferma. Colaboró en el tomo conjunto Traducir poesía. La tarea de repetir en otra lengua. Seleccionó, prologó y tradujo Ideorrealidades. Poemas y papeles dispersos de la Obra futura de Saint-Pol-Roux, 2013.
Walter Romero
es licenciado en Letras por la UBA. Poeta, docente y traductor. Integra la cátedra de Literatura Francesa de la UBA. Es investigador de la UBA y de la Universidad Nacional de La Plata, y profesor del Colegio Nacional Buenos Aires. Recibió subsidios del Programme d’Aide à la Publication Victoria Ocampo (2007) y del Fondo Metropolitano de las Artes y de las Ciencias del Ministerio de Cultura del GCBA (2007); ha sido becario del Gobierno de Canadá (2012), del Gobierno de Francia (2010) y de la Fundación Carolina (2003). Prologó la obra de Maupassant y tradujo a Racine, Sade, Apollinaire, Vian y Bonnefoy. Actualmente prepara la traducción de la tetralogía teatral del filósofo Alain Badiou. Su último libro es Panorama de la literatura francesa contemporánea, 2009. Además de presentar su traducción de Tango-Charter, 2012, obra de Copi y Riccardo Reim.
Alejandra Vignolo
es bailarina, ensayista, docente e investigadora. Profesora de Filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba y egresada del Taller de Danza Contemporánea del Teatro General San Martín. Docente de la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras y del departamento de Artes del Movimiento del Instituto Universitario Nacional del Arte. Becaria doctoral de la Universidad de Buenos Aires en el área Letras. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran, “Toda técnica en la danza es técnica/arte del cuerpo” en Arte del cuerpo digital, 2012 y “La video-danza ‘entre’ la percepción cinematográfica y la percepción danza” en Terpsícore en ceros y unos. Ensayos de videodanza, 2010.