“Sé muy bien que, en las circunstancias trágicas en las que se encuentra la humanidad, yo debería tener, como todo el mundo, un alma heroica. Pero me es imposible hacerlo cuando tengo hambre. Algunos días, debido a la carestía de los víveres, es demasiado poco lo que como. En esos días, tengo una idea fija: comer, beber. Este invierno, si debo padecer frío, voy a desanimarme mucho. Hay que amar el carbón que nos transmite su alma ardiente. Y también hay que amar las papas, la carne, el pan, la manteca, la leche, el azúcar que mantienen la vida en nuestro ser y que renuevan nuestras fuerzas. Pretenden que solamente la virtud da valor a la vida. Y sin embargo es algo, también, estar vivo, con buena salud, poder contemplar los árboles, el cielo y el rostro luminoso de nuestros hijos. Yo digo que hay que comer lo bastante para poder, después, pensar en otra cosa. Cuando haya regresado la paz y el precio de la carne haya disminuido, yo volveré a tener, como antes, sentimientos desinteresados. Sobre la balsa de la ‘Medusa’, cada uno pensaba solamente en sí mismo. ¡Vivan las papas! ¡Viva el azúcar! ¡Viva la Paz!”
La obra de Henri Roorda permaneció olvidada hasta la década de 1970 cuando L'Age d'Homme publicó sus obras completas en dos volúmenes, más recientemente sus obras se publican por el sello Mille et une nuits, signo del creciente interés que despierta Roorda en la actualidad. Mi suicidio fue traducido al español en 1997, las crónicas de Tómelo o déjelo y el ensayo La risa y los que ríen no fueron nunca antes traducidos.
Henri Roorda
Henri Philippe Benjamin Roorda van Eysinga, (Bruselas 1870 - Lausana 1925).
Fue humorista, profesor de matemáticas y pedagogo. Inspirado en L’Émile de Rousseau, es autor del célebre Le pédagogue n’aime pas les enfants (1917), crítica libertaria de la educación convencional. Escribió en revistas anarquistas como Les Temps nouveaux, L’Humanité nouvelle, La Revue blanche, Le Journal d’Alphonse Allais y, bajo el seudónimo de Balthasar, firmó crónicas y artículos humorísticos en la revista l’Arbalète y en la prensa de la época. Publicó un manifiesto antibelicista, Mon internationalisme sentimentale (1914), cuatro ediciones del anuario humorístico Almanach Balthasar (entre 1922 y 1925), las crónicas À prendre ou à laisser (1919), Le Roseau pensotant (1923) y la conferencia Le Rire et les rieurs (1925). En teatro: Le Silence de la bonne, Un amoureux, Un beau divorce y La Ligue contre la Bêtise.
Henri Roorda terminó su vida el 7 de noviembre de 1925 en Lausana. En Mon suicide, texto póstumo publicado un año después, expone las razones de su decisión y da cuenta de su desesperación por la insoportable pesadez de la vida social.