El libro al que estás ahora revisándole la espalda, querido lector, querida lectora, se compone de poemas crudos. No han querido cocerse en la armonía eufónica de una escansión mesurada y una lengua amable. No por descortesía, sino por necesidad: cantan y cuentan, decantan, el dolor de un nacimiento deshabitado de afectos de madre, el trabajoso aprendizaje de la adolescencia, la huella del peronismo reverberando como un fuego solidario y portador de una probable identidad, las pálidas verdades de una adultez contemporánea de nuestro desencantado hoy.
Son versos largos que a veces se disuelven en la playa ancha de la prosa, con su resaca de luna y de basura, su esplendor travestido en hematomas: “Tengo marcados los golpes. De noche nadie los ve.”, se dice aquí, como quien se desnuda en la penumbra de la escritura.
¿Contiene acaso este libro los fulgores y dispepsias, el hambre nunca bien desayunada, las heridas e imperfectas cicatrices de una existencia? Tal vez. Pero lo que sin duda apresan estos ásperos versos medidos con la respiración más íntima que pueda desearse es el rastro de espuma que ha ido dejando una vida en el ir y venir del agua inquieta en que esa vida ha sabido ejercer su empecinada natación.

Guillermo Saavedra

Carmen Iriondo

Nació en Buenos Aires, es Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Es psicoanalista.
Publicó: Casa propia (1988); Rara vez (1995); La niña pandereta (1997); Por el miedo te digo (2000); Egle y Suertes Virgilianas (2002); Syl & Ted (2003); Animalitos del Cielo y del Infierno (2004); Vuelo de fiebre (2007); Llamando al picaflor por el nombre de pila (2009); Seamos nieve (2010); El rock de los limbos (2011); Syl & Ted edición bilingüe, traducción de Rolando Costa Picazo (2012); Animalitos del Cielo, del Infierno y del Mar (2014); El carro de las letras (2015); Fantasmata (2016); Los míos (2016) y Prosas de dormida, reedición (2018).