El eje de la novela está en esta frase: “Recobrar: recordar la memoria.” Ese recobrar ligado al recordar una memoria. Si lo seguí bien, lo conmovedor acá es esa decisión de recordar la memoria, y lo que eso abre a lo desconocido.
Me identifico con esta frase:
“Negra, pobre y judía. Mala yunta. Mala yunta para tener seis años y vivir en un conventillo de Buenos Aires en el año mil novecientos veintiocho.”
Conventillo es una cosmovisión de infinitos.
Y esta otra es otro eje:
“Veo la diferencia entre pasado, presente y futuro. Pero no veo separación entre estos tres aspectos del tiempo uno. Pasado, presente y futuro son cosas que existen desde el punto de vista de algún observador individualizado y ubicado precariamente en algún punto específico (pero no inmóvil) de la línea de tiempo cronológico.
Por lo tanto el llamado “pasado” está siempre presente, así como el llamado “futuro”. Y el pasado está vivo. Su influencia es dinámica. Y nos trae nuevas lecciones a cada día –si tenemos ojos para ver.”
En el relato todo está en los ojos, en la visión del ojo que escucha como diría Claudel y en esa decisión de abrir la visión (voy a poner a un santurrón como Claudel con el zeide Zuny, finalmente se hubieran llevado bien: Claudel decía el ojo escucha).
Hugo Savino
Isabel Steinberg
Nació en Buenos Aires en 1954. Es psicoanalista. Se dedica además a la docencia universitaria y a la ensayística. Publicó El malestar y la traición (Paradiso, 1995) y Dificultades de la práctica del psicoanálisis, en colaboración con Lili Baños (Homo Sapiens, 2012). Esta es su primera obra de ficción.